Antonia Arrobas y Pérez

¿Alguna vez os habéis planteado lo que supone poder realizar una carrera universitaria? En pleno S. XXI no todo el mundo tiene acceso a unos estudios superiores, en la actualidad el problema radica en exclusiva en la falta de medios económicos. Antes del S. XIX además, también le estaba vetado a las mujeres, relegadas siempre a un segundo plano, se tenían que conformar si querían estudiar y tenían recursos para ello con hacerlo en sus casas de forma privada.

Hasta que llegó ella, con sólo trece añitos de edad y cambió la historia.

Este post va dedicado a Antonia Arrobas y Pérez, una extremeña que cambió el curso de la historia de la educación, consiguiendo ser la primera mujer en España que logra el permiso para poder hacer un examen que reconociera sus estudios de secundaria. Me siento orgullosa de pertenecer a la provincia que fue testigo de este hecho, Huelva.

Antonia, natural de Talavera la Real (Badajoz) llegó al mundo el 17 de enero de 1858, hija de padres humildes, él carpintero, ella ama de casa. Sus modestos orígenes no impiden que se criara en un entorno familiar donde se potenciaba la cultura, la educación y el conocimiento. Algunos miembros de su familia llegaron a ocupar cargos municipales, como sus abuelo por parte de madre José Pérez Tienza o su tío Faustino Naharro. Su tía materna se casó con Joaquín Sama y Vinagre, profesor catedrático en el Instituto de la Rábida de Huelva y que más tarde llega a ser Jefe de Estudios de la Institución Libre de Enseñanza de Madrid. Por razones laborales sus padres se trasladan a la provincia de Huelva, donde su tío Joaquín Sama ejercía de profesor de Filosofía en el Instituto de la Rábida. Es con él con quien empieza los estudios particulares y el gran impulsor de todo el proceso. 

Lamentablemente, Antonia nace en una época donde la normativa vigente en el terreno educativo utilizaba el término "alumno" para referirse a todo proceso de matriculación, entendiendo así los legisladores que esto excluía a las mujeres. Las mujeres no podían acudir a las aulas, les estaba prohibido. Tenían que conformarse con la educación doméstica. En casa aprendían las primeras letras, las reglas básicas, nociones de urbanidad y, si acaso, de economía doméstica. Los roles de la época entendía a la mujer como un "varón imperfecto", necesitado del cuidado y la tutela de padre y de esposo.

Todo cambia el 15 de marzo de 1871, hace hoy 150 años, Antonia Arrobas solicita a la Dirección General de Instrucción Pública que le permitan dar validez académica a los estudios de segunda enseñanza, los cuales había realizado de manera privada, mediante la realización de un examen en el Instituto de la Rábida de Huelva, en aquel momento dependiente del Distrito Universitario de Sevilla. La instancia tuvo que ser elevada a las autoridades académicas porque, tal y como hemos mencionado, la normativa vigente sólo contemplaba a los alumnos masculinos.

La solicitud contó con el apoyo de los Krausistas, Joaquín Sama y Vinagre, Horacio Bell y Federico de Castro y Fernández, quienes vieron una posibilidad en la legislación educativa de Amadeo de Saboya para dar acceso a la mujer en la enseñanza.

El 27 de mayo de 1871 llegó una Orden que se muestra favorable a concederle a título individual dicha petición. Debía continuar sus estudios en casa debido a los "inconvenientes que podía acarrear reunir en una sola clase a jóvenes de ambos sexos" y acudir al Instituto de la Rábida para examinarse, hecho que se produce el 13 de Junio de 1871.

El Instituto guarda los exámenes de ingreso de latín y castellano, así como las distintas solicitudes que entregó. Podéis verlo aquí

Antonia se convierte así en la primera mujer española que logra hacer el examen de reconocimiento de sus estudios de secundaria realizados en el ámbito privado, abriendo la puerta a que las mujeres pudieran acceder a los estudios superiores.

Este hecho tan relevante crea jurisprudencia. El 2 de septiembre de 1871 se otorga otra orden del rector de la Universidad de Barcelona, concediendo a María Elena Maseras y Ribera, la misma prerrogativa que a Antonia, pero extendiéndolo ahora a todas las mujeres el derecho de poder refrendar mediante exámenes en institutos públicos los estudios de enseñanza secundaria, realizados de forma privada a los cuales se les confería validez académica. 

Gracias a esta talaverana mujeres como Clara Costea y Franco (1872) y Elena Rodríguez Castiñeira (1873) logran realizar sus exámenes.

Lamentablemente no se sabe nada más de Antonia Arrobas, carecemos de documentación que acredite que realizó estudios universitarios, es de suponer que así fue. Sólo sabemos que llegó a casarse con su primo, Demetrio Samas y que con sólo 38 años de edad fallece de fiebre puerperal. Fue enterrada en el cementerio de San Vicente de Alcántara, donde también se encuentra la tumba de Joaquín Sama.

En 2008 el IES La Rábida puso en su memoria un azulejo: "La educación, poderoso elemento de felicidad que no se debería negar a nadie"



El próximo martes 15 de junio a las 18.00 se llevará a cabo una mesa redonda sobre nuestra pionera, el evento tendrá lugar en las Cocheras del Puerto. Además se hará entrega del premio que lleva su nombre a la alumna más destacada de la provincia. 


Bibliografía





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